Algunas personas parecen estar muy interesadas en conocer su «misión de vida».
Desde lo que siento, veo una, la principal, que es común para todos:
«Vivir desde el amor, la dicha, la paz y el respeto, sean cuales sean las circunstancias». Eso es traer el cielo a la tierra. Sentirlo en ti, y extenderlo luego a los demás.
El resto son detalles.
Enfocarse en una «misión» puede que te aparte de ti y te entregue a una «justificación externa». Algo en lo que distraerte y donde vuelcas toda tu motivación. Encontraste un «especialismo» que te hace sentir especial y empiezas tu «cruzada».
Ese es el riesgo de confundir tu misión de vida con algo a lo que agarrarte para seguir identificándote con este mundo. Algo que tu ego te «venda».
Una misión no es algo que estás obligado a conseguir, ya que nada divino nos puede condicionar nuestra libertad de acción y libre albedrío. Es algo con lo que tu ser vibra, nada más.
Para mí, una misión es una dirección que sientes desde tu verdad interna.
Viniste a vivir. Tú decides el cómo. Viniste porque estás caminando hacia el Despertar, el Despertar Real.
Y allí terminan las misiones y empieza el compartir en unión.
Disfruta de tu vida… recordando.
Con cariño,
Sonia Coll

Comunicadora terapéutica, canalizadora, formadora y escritora.
Mi servicio es comunicar y acompañar en los procesos de cambios evolutivos. Como facilitadora transmito, activo y ayudo a integrar aquel conocimiento que permitirá a la persona una evolución en consciencia, tanto a nivel espiritual como en lo cotidiano, y lo llamo Sanación por Consciencia.
A su vez, toda la formación que ofrezco gira también entorno a adquirir una visión más elevada de la vida, facilitando así el bienestar ante cualquier desafío que aparezca.
Gracias! Era lo que mi Yo me susurraba, pero como bien dices de alguna manera queremos sentirnos especiales ahí ya entra en juego nuestro ego.