La «mujer nido» podría ser una figura arquetípica más, con lo que su existencia no es física sino simbólica. Su observación nos ayuda a autoobservarnos, ya que todos tenemos los distintos arquetipos en uno mismo, aunque en diferente intensidad, forma y expresión.

La mujer nido es aquella que se ve como un espacio donde otros puedan reposar. Se ofrece constantemente a los demás y se muestra tranquila. Su manera de ayudar es esa: ser alguien en quien descansar y sentirse seguro.
En el extremo negativo, la mujer nido puede llegar a olvidarse de si misma en pos de los demás. Puede cerrarse a sus aprendizajes de vida y vivencias con las que debe interaccionar para evolucionar. Puede llegar a apartarse totalmente del mundo con la incongruencia de también estar a su merced y a total disposición de quien lo desee.
Una mujer nido no debe olvidarse de valorarse y amarse a si misma. A una mujer nido le cuesta muchísimo pedir ayuda y está habituada en cargar más peso del que le corresponde.
Una mujer nido es feliz viendo a los demás en paz y siente más placer dando que recibiendo.
Si esta descripción te representa de algún modo, ten presente tus desafíos: permitirte descansar en otros de vez en cuando y recoger con completa aceptación y merecimiento la gratitud que los demás te transmiten.
El equilibrio se encuentra en ser nido y pájaro a la vez.
~Sonia Coll
www.soniacoll.com
Desconozco la autoría de la ilustración.

Comunicadora terapéutica, canalizadora, formadora y escritora.
Mi servicio es comunicar y acompañar en los procesos de cambios evolutivos. Como facilitadora transmito, activo y ayudo a integrar aquel conocimiento que permitirá a la persona una evolución en consciencia, tanto a nivel espiritual como en lo cotidiano, y lo llamo Sanación por Consciencia.
A su vez, toda la formación que ofrezco gira también entorno a adquirir una visión más elevada de la vida, facilitando así el bienestar ante cualquier desafío que aparezca.