EL ALMA DE LA ROSA
Hubo un tiempo en el cual los campos reían y el aire regalaba caricias. En realidad eran pequeñas diosas que nacían de los elementos y se las escuchaba conversando risueñas entre los prados o rozándote la piel al revolotear entre el viento.
Las personas vivían fascinadas por la belleza que la naturaleza compartía y solo hacía falta que llamaran a una diosa del fuego para sentirla allí al instante ofreciendo calor, enroscando su pequeño pero cálido cuerpo a unas manos heladas por el frío. O a las del agua, que aparecían de inmediato para tumbarse en la frente de los niños cuando los atormentaba la fiebre.
Estos seres y otros por el estilo convivían felices con los humanos, pero éstos pronto olvidaron su presencia. Demasiados pensamientos los nublaban y dejaron de percibir la bondad y belleza de las diosas de la naturaleza. Ellas ya no acudían porque no eran llamadas y pronto se retiraron hacia otras dimensiones, a esperar que se disiparan las nubes oscuras de la mente de la gente.
Una de ellas prefirió quedarse para ayudar a recordar a las personas dormidas, que ellas, y otros seres elementales nacidos de la madre tierra, estarían siempre cerca, pero que debían ser llamados con el corazón para que acudieran a ellos. Las otras diosas le dijeron que era tarea difícil pues los hombres estaban ciegos a la magia de la vida, pero ella no hizo caso y al momento se convirtió en un rosal.
Dicen que cuando te acercas a una rosa, su aroma despierta algo en tu interior que inexplicablemente te trae paz y a la vez, puedes escuchar una vocecita que parece salir de unos sonrientes, diminutos y bellos labios que dice: “la vida es mágica y bella, recuérdalo”.
Ábrete a recordar y llama a las diosas del viento… Así se llevarán las grises nubes de tu cabeza.
Autora: Sonia Coll
I
Comunicadora terapéutica, canalizadora, formadora y escritora.
Mi servicio es comunicar y acompañar en los procesos de cambios evolutivos. Como facilitadora transmito, activo y ayudo a integrar aquel conocimiento que permitirá a la persona una evolución en consciencia, tanto a nivel espiritual como en lo cotidiano, y lo llamo Sanación por Consciencia.
A su vez, toda la formación que ofrezco gira también entorno a adquirir una visión más elevada de la vida, facilitando así el bienestar ante cualquier desafío que aparezca.