Querido Hombre,
En un tiempo en el que parece que las mujeres están sanando, déjame decirte que eso no implica que cargues con más culpa. Aunque parece que te la quieran entregar desde todas partes, y siempre haya algún eco de voz femenina detrás que quiere señalarte, es parte del proceso de sanación y perdón. Se te pide paciencia y respeto por las duras vivencias que muchas están liberando y perdonando.
Es hora de ayudarnos a sanar unos a otros.
Nadie dice que tú no hayas sufrido también, sino que parece que la desaparición del silencio femenino ha conquistado este tiempo. Es su momento. Sana tú junto a ellas cediéndoles los asientos en primera fila.
Puede que ese proceso implique manifestaciones de rabia, tristeza e impotencia. Ellas sanan a su modo. Eso no debe importarte.
Tu mejor ayuda ante todo esto es sostener con mucha ternura. Hacerlo en incluso aquello que no entiendes. Ellas sanan verdaderamente.
En un tiempo donde no entiendes por qué ahora eres tú el ninguneado o juzgado por dedos acusadores que no conoces, no decidas encerrarte en cuevas prehistóricas hasta que pase el crudo invierno. En lugar de eso, aviva el fuego y prepara un buen cobijo por si ellas necesitan refugio en su periplo sanador. Acompaña.
Ahora que ves los roles de poder invertidos, no lo recrimines. Es solo un paso previo al equilibrio de las fuerzas de género. Aunque asome un matriarcado, se comprenderá que eso tampoco soluciona nada, pues el problema no se encuentra en el género que gobierne sino en que exista un trono de género, y en que no desaparezca sino que simplemente se traspase.
Muchas mujeres han sido silenciadas a lo largo de la historia, por eso ahora sus gritos catárticos deben abrazarse sin más intención que apoyar su expresividad. No hace falta que las entiendas, tan solo que no las quieras callar.
Tu crecimiento puede que se encuentre ya no en la comprensión plena, sino en la tolerancia y la voluntad de que tus brazos sostengan y no aprieten. Esa acción tuya tan amorosa puede que te haga sonreir al amanecer, aunque te encuentres solo.
La mujer que hay en ti te agradece este caminar paciente y tolerante. La mujer que hay en ti te abraza y acaricia. La mujer que hay en ti ama y sana al hombre que hay también en ti.
Es la era en la que el género sana y el ser humano se ennoblece.
Es el tiempo del perdón y de la recuperación de la alegría. Es la hora de volver a jugar juntos y de vencer a los juicios al ignorarlos.
Esta es mi visión, mujeres y hombres en un mismo círculo que ya sanó y en el que lo femenino se reequilibró en fortaleza y poder, y lo masculino en ternura y amor.
Ahí nace la sabiduría de acción de la cual lo humano se beneficiará.
No obstante, estas letras, hoy, son para el hombre que no entiende su papel ni logra descubrir su rol. Amorosamente se te pide paciencia y respeto. Ya falta poco. Recuerda, se necesitan abrazos silenciosos y no condicionados por lo que se obtenga o no con ellos.
Van a llegar sonrisas desde el corazón unificado. Pronto, hombres y mujeres abandonarán sus etiquetas y pasados dolorosos. Llega un tipo de perdón que lo reinicia todo.
Hombre, permite que la curación sea a todos los niveles. Observa desde tu espíritu y, al respirar, exhala la paz que la verdad trae.
Existen ya quienes no culpan, ni quienes no cargan ya con más pena. Que sean estos hombres o mujeres, no importa.
Lo que importa es que sostengamos todos con tolerancia y respeto este proceso de sanación en lo humano.
Se divisa en el horizonte el aún tímido pero seguro amanecer que todos anhelamos.
Gracias por tu gran comprensión.
Con cariño,
Sonia Coll
Comunicadora terapéutica, canalizadora, formadora y escritora.
Mi servicio es comunicar y acompañar en los procesos de cambios evolutivos. Como facilitadora transmito, activo y ayudo a integrar aquel conocimiento que permitirá a la persona una evolución en consciencia, tanto a nivel espiritual como en lo cotidiano, y lo llamo Sanación por Consciencia.
A su vez, toda la formación que ofrezco gira también entorno a adquirir una visión más elevada de la vida, facilitando así el bienestar ante cualquier desafío que aparezca.