Hablamos del amor incondicional como quien habla de ir a la panadería a por pan. Se nos llena la boca de la palabra «amor» cuando ni tan solo sabemos un mínimo de lo que es. Pensamos que ya aprendimos a no juzgar, que gracias a lo que ahora sabemos sobre consciencia ya hemos superado el odio y vivimos en una constante atmósfera de perdón.
Sí. Este mensaje se dirige a personas que, sean o no terapeutas, observan la senda de la espiritualidad y aprenden de ella en su caminar, desde hace poco o desde hace mucho. No es tan sencillo amar de forma incondicional, no es tan fácil dejar de separar y decirle a tu mente que Todo es Uno. O mejor aún, tumbarte en medio de un campo de refugiados y sentir en medio de la desesperación, frío y hambre de esa gente que «Todo es amor» con una sonrisa dibujándose en tu cara. No es fácil. Quizás en un campo de margaritas y mientras el sol te dora la piel sea la atmósfera ideal para eso ¿no?
Dicen que la llamada a la petición de amor no siempre viene amablemente. Dicen que la verdadera llamada al amor se recibe de forma brutal, incómoda, desagradable. Es curioso que sea de esa manera, pero la mayoría de las consciencias humanas necesitan un signo de alerta, una llamada a la atención suficientemente intensa para reaccionar. Y lamentablemente, aún funciona mostrándose en negativo.
¿Amas el mundo en el que vives? ¿O solo amas la idealización de él? Quizás queremos cambiar el mundo, pero sin amarlo primero. ¿Qué queremos cambiar? Espero que empecemos por nosotros.
Todo lo que acontece en el mundo, a nivel social, económico, político, religioso, etc, es una creación humana. Te guste o no, formas parte de esa creatividad colectiva que durante milenios ha ido manifestándose, algunas veces para un bien común y respetuoso con los demás, y otras para un bien egoísta.
El reto aquí es activar tu capacidad de abrazar sin condiciones este mundo que ves. Después actívate, cambia lo que sientas, muévete en la dirección que quieras. Pero ama todo esto antes. Sube más allá de lo que tu mente está acostumbrada. Observa el paisaje desde más arriba, desde un mirador especial. Una vez allí observa y siente que todos estamos unidos por esta experiencia del vivir humano. Que todos hacemos desde lo que creemos que es nuestra verdad. Algunas verdades son nutridoras, cuidadoras, amables con el prójimo y el planeta, pero otras verdades son totalmente contrarias a esto. Ve ahora más allá del juicio, sopla esa nube de imágenes de grandes atrocidades cometidas a manos del ser humano que te va apareciendo en tu mente y que quiere apoderarse emocionalmente de ti. Sopla, aparta esa nube para que quede un sol radiante iluminándolo todo ¿Eres capaz de centrarte en ese sol? ¿Eres capaz de abrazar este mundo tal y como está ahora? ¿Puedes?
No podemos negar lo acontecido en este mundo. No lo vamos a obviar pero si a sentirlo desde otra perspectiva más elevada. Es cuestión de experimentarlo y comprobar si esa dureza se ablanda, si ese corazón también brilla igual cuando no hay flores cerca.
Empecemos por abrazar la realidad que ves desde tu percepción. No la juzgues. Abraza este mundo. Sopla a esa nube de etiquetas que aparecen. Ve más allá de ellas, por favor.
El cambio real viene a raíz del amor. Lo difícil es empezar por ahí. Ama este mundo que ves, y esa acción de amor activará lo que corresponda.
Desde mi corazón,
Sonia Coll

Comunicadora terapéutica, canalizadora, formadora y escritora.
Mi servicio es comunicar y acompañar en los procesos de cambios evolutivos. Como facilitadora transmito, activo y ayudo a integrar aquel conocimiento que permitirá a la persona una evolución en consciencia, tanto a nivel espiritual como en lo cotidiano, y lo llamo Sanación por Consciencia.
A su vez, toda la formación que ofrezco gira también entorno a adquirir una visión más elevada de la vida, facilitando así el bienestar ante cualquier desafío que aparezca.